lunes, 3 de octubre de 2016

Cómo actuar cuando se presentan temporadas de escasez

La palabra escasez denota ruina, pobreza, fracaso. Y esto a su vez produce naturalmente tristeza, congoja, lágrimas, queja, desánimo. La verdad, no creo que alguien anhele tener escasez. No creo que sea el propósito de algún mortal. De alguna manera Dios ha colocado en nuestro instinto que la escasez no es buena, y de hecho no lo es. Así como tampoco lo eran los purgantes en décadas pasadas.

La escasez cuando viene de parte de Dios, tiene un propósito edificador y se convierte en una herramienta útil para moldear nuestro carácter. La escasez, al igual que la enfermedad, la muerte o cualquier otra prueba, nos hace reflexionar y revisar cómo están nuestros caminos y en quién está nuestra confianza

Pero algo que debemos dejar claro es que la escasez también puede venir como consecuencia de la pereza o malos manejos financieros. Si alguien sufre escasez por estas razones, le recomiendo primero que se arrepienta y busque hacer la voluntad de Dios que es trabajar y gastar sabiamente su dinero.

El pueblo de Israel cuando atravesó el desierto después de salir de Egipto, es un excelente ejemplo bíblico de cómo Dios nos puede llevar a vivir situaciones donde la provisión natural es muy escasa. Alimentar cerca de 2 millones de personas cada día requería aproximadamente 1.500 toneladas de alimento, 4.000 toneladas de madera para cocinar los alimentos y 11 millones de galones de agua. Pero en el desierto por donde atravesaron los Israelitas, estas provisiones son tan escasas que perfectamente pudieron haber muerto todos en pocos días. ¿Qué quería Dios con esto? Llevarles a que confiaran en el ÚNICO Dios que podía sustentarlos, antes de llevarlos a una tierra llena de abundancia que “fluía leche y miel”. Dios quería que su confianza estuviera en ÉL y no en las cosas materiales que iban a recibir.

 Quizás usted u otra persona que conozca puede estar atravesando escasez en su vida.

Dios ha prometido estar junto a los que creemos en ÉL para fortalecernos y ayudarnos en todo momento y nos pide que no desfallezcamos cuando veamos nubes oscuras a nuestro alrededor.

Este mundo está gobernado por las cosas materiales y todo lo valora según el valor monetario de las cosas. Este mundo, dominado por el dios de este siglo, ha vendido la idea de que una persona vale por lo que tiene materialmente. Si alguien posee riquezas materiales, entonces es más valioso y más importante. Si no me creen, díganme en esta sociedad a quién se valora más: ¿a una persona de estrato 1 o alguien de estrato 6? A las personas de estrato 1 esta sociedad los trata como si fueran personas de segunda categoría:

a) Viven en zonas de alto riesgo.
b) No tienen todos los servicios públicos y si los tienen no son de la mejor calidad.
c) Los servicios de transporte masivo no llegan hasta esos barrios.
d) La seguridad que se presta allí no es la mejor.
e) Las escuelas y colegios no están bien dotados.
f) No existen universidades en medio de un sector de estrato 1.
g) Las calles están descuidadas.

¿Por qué? Porque al no tener bienes materiales no son de mucho valor.

Esto ha metido en el chip de nuestra mente que debemos tener bienes materiales para sentirnos valiosos e importantes. Que debemos tener una buena casa, un buen carro y demás cosas materiales para sentirnos valiosos.

Este mundo mide el éxito según la cantidad de bienes materiales que alcancemos, pero Dios no lo hace así. Para Dios, una persona es exitosa si aprende a hacer su voluntad. Si una persona es capaz de hacer lo que Dios pide, está reservada para ella lo mejor.

La manera que Dios vivirá dentro de nosotros es dándonos el Espíritu Santo. Si usted logra que Dios viva dentro de usted, Usted verdaderamente es una persona exitosa.

Realmente la ropa y la comida es la ñapita que Dios nos da. Si a usted le parece que esto es mediocridad, es que no ha experimentado el glorioso Espíritu Santo dentro de su vida.

Sea agradecido: Dele gracias a Dios por todos lo que le ha dado. Si Ud. considera que es un Hijo de Dios, dele primeramente gracias porque es lo mejor que alguien puede recibir de Dios. Después, dele gracias por los bienes físicos que haya recibido (Si le ha dado muchos, no es para que los acumule, sino para que los comparta).

Un corazón que es agradecido jamás se queja y un corazón quejoso, jamás es agradecido.

No mire solo lo material: Debemos entender esto, DIOS no quiere que vivamos en escasez material, entendiendo que las prioridades de Dios en cuanto a lo material son alimentos y ropa. Si ustedes analizan la vida del Señor Jesús, no tenía ningún bien material excepto comida y ropa.

¿Saben por qué Jesús no les permitió llevar nada a sus discípulos cuando los envió a predicar?

1. Porque no quería que sus discípulos descuidaran la predicación por estar pendientes de las cosas materiales.

2. Porque Dios mismo les iba a dar el sustento a través del trabajo. Si no trabajaban, no había sustento. Dios quería que sus discípulos modelaran ante este mundo los valores del Reino de Dios: el trabajo es el medio que Dios escogió para darnos el sustento diario.

Alguno me dirá ¡yo trabajo mucho, pero gano poco! Mi respuesta es: sea agradecido y valore lo que tiene, porque el que no es fiel en lo poco, tampoco lo será en lo mucho.

Si hemos entendido que a pesar de todo no debemos quejarnos y valorar lo que tenemos, entonces no será complicado entender que también debemos estar satisfechos.

Estar satisfecho es estar pleno, lleno, como cuando usted almuerza y dice no quiero más, porque ha quedado satisfecho. Pero si usted queda con hambre, estará pasando nuevamente por la cocina para ver si quedó algo que comer.

La gran pregunta que ustedes se estarán haciendo es ¿Cómo estar satisfecho cuando tengo escasez? Use el ejemplo de la comida para mostrar cómo es la actitud de una persona cuando está satisfecha: feliz, relajada y descansada. Cuando Pablo habla de estar satisfecho se está refiriendo no a una condición física sino a una actitud mental y por eso habla de aprender.


En otras palabras, usando el mismo ejemplo de la comida, es aprender a estar satisfecho mentalmente, aunque físicamente no lo esté. Eso es algo con lo cual no venimos programados y por eso es que debemos aprenderlo.

Otro ejemplo: Supongamos que usted se propone estudiar una carrera y por motivos ajenos a su voluntad no pudo terminarla: se enfermó, se presentó una situación económica adversa que no dependió de usted o le tocó trasladarse de ciudad. Si usted hubiera terminado la carrera, habría una situación normal de satisfacción por haberla terminado. Pero como no pudo terminarla, hay dos caminos:

a) Sentirme frustrado y vivir amargado toda la vida porque no pude terminar la carrera

b) Aceptar que no fue por mi culpa que no pude terminar la carrera y seguir la vida adelante estudiando quizá otra carrera o dedicándome a otra cosa, satisfecho con lo que logré hasta el momento en que pude estudiar. No fue mi culpa no poder seguir estudiando esa carrera.

Otro ejemplo: Usted va a presentar una entrevista para un puesto en una empresa y hace lo que mejor puede para lograr el trabajo: prepara una buena hoja de vida, se preparó y tiene las competencias para el cargo, estudió bien la empresa a la cual se presentó, fue bien vestido a la entrevista, respondió los exámenes psicotécnicos con sinceridad, pero no le dieron el trabajo. ¿Qué debe hacer esta persona? Sentirse tranquila y relajada de que hizo lo mejor y seguir intentando con otra empresa. Esa persona debe estar satisfecha de que la situación que está experimentando no es por su responsabilidad.

Lo mismo debe suceder cuando nosotros hacemos lo que Dios dice, pero aún así nos llegan momentos de escasez. Debemos sentirnos satisfechos porque hemos hecho lo que nos corresponde y no azotarnos

Estar contento es estar alegre. ¿Y saben porque debemos estar alegres siempre los que hemos recibido el privilegio de ser llamados hijos de Dios? ¡Precisamente por esto mismo, porque Dios se ha convertido en nuestro Padre! Y él ha dicho a sus hijos: NUNCA TE DEJARÉ, JAMÁS TE ABANDONARÉ.

Esta alegría de que Dios sea mi Padre no puede ser apagada por no tener algunas cosas materiales, pues si no las tengo es porque ÉL NO HA QUERIDO QUE LAS TENGA.

Una claridad: Estar contento con lo que tenemos NO DEBE SER INTERPRETADO COMO MEDIOCRIDAD. Mediocridad es hacer las cosas a medias y sin buscar la excelencia. Los hijos de Dios somos personas llamadas a hacer lo mejor de lo mejor en todo. Pero los hijos de Dios entendemos que Dios es soberano y el puede darme lo que ÉL QUIERA. Si me da abundancia gloria a Dios y si me da escasez, también gloria a Dios. De cualquier manera, lo sigo igualmente, pues no lo sigo por lo que él me da sino por lo que él me dio: EL PERDÓN DE MIS PECADOS GRACIAS AL SACRIFICIO DE SU HIJO JESÚS EN LA CRUZ.

La codicia surge de un corazón que no es agradecido con lo que Dios le da ni tampoco está contento con lo que tiene.

La codicia no es solo un deseo profundo de tener lo que tienen otros, sino que la codicia lleva a las personas a hacer lo que sea necesario para poder tener lo que tienen otros: robar, hacer negocios no éticos, trabajar en asuntos que no glorifican a Dios y hasta endeudarse.

Si usted aprende a aceptar lo que Dios tiene para usted y estar satisfecho con eso, jamás codiciará lo que tienen otros.

Lo que Dios en su infinita sabiduría dispuso para usted es lo mejor. Si Dios quisiera darle a usted lo que también le da a otros, simplemente se lo da sin que usted tenga que estar ambicionando ni haciendo cosas extrañas fuera de la voluntad de Dios. Preocúpese solamente por hacer lo que le corresponde y acepte lo que Dios tiene para usted.

Las deudas son la primera tentación cuando se está en escasez. Satanás hace creer erróneamente que la deuda es el camino para solucionar el problema pues engaña haciendo creer que el préstamo es un ingreso adicional

Si usted considera que tiene un bajo ingreso, las deudas NO le incrementan el ingreso, al contrario, se lo DISMINUYEN, haciendo peor la situación.

La deuda es un instrumento que mide mi confianza en Dios y la mide de manera inversa, es decir, entre mayor sean mis deudas, menor es mi confianza en Dios; entre menor sean mis deudas, mayor es mi confianza en Dios. Claro que muchos no se endeudan no porque no quieren sino porque no pueden, pero si pudieran, vivirían endeudados hasta el tope.

Cuando alguien quiere hacer la voluntad de Dios, aprende a esperar en ÉL. Muchas deudas son el camino corto para evitar el camino largo de esperar y confiar en Dios. Con las deudas, la gente le dice a Dios: “como no pudiste darme esto, entonces me endeudo”.

Dios NO ES UN PADRE IRRESPONSABLE y tampoco ha perdido la capacidad de dar lo que sus hijos necesitan. Si Dios sostuvo con abundancia a dos millones de personas aproximadamente durante 40 años en un desierto, sin que tuvieran que pedir prestado un solo centavo, ¿NO NOS PODRÁ SOSTENER A NOSOTROS DE LA MISMA MANERA?

Dios es capaz de sostener miles de millones de personas durante miles de millones de años sin problema alguno. DIOS ES INFINITO Y SUS RECURSOS SON INFINITOS.

Cuando el señor dijo que no nos preocupáramos por nuestra vida NO estaba hablando de no trabajar, pues en la Biblia el trabajo NO es una opción de vida, es OBLIGATORIO. Estaba haciendo referencia a cosas como no endeudarnos para satisfacer incluso las necesidades básicas de la vida como la comida o la ropa. Cuando yo me endeudo, así sea para alimentos o ropa, estoy diciéndole al Señor Jesús, NO CREO EN LO QUE USTED DIJO DE QUE DIOS ME PUEDE SOSTENER. Claro está que los sistemas de pagos de muchas empresas promueven el endeudamiento, pues ya no pagan semanal ni quincenal sino mensual, pero aún así, debemos evitar a toda costa el endeudamiento haciendo un plan para tener siempre por lo menos un par de meses en mis ahorros para no depender del salario del mes, la quincena o la semana.

No se deje engañar, las DEUDAS NO QUITAN PREOCUPACIONES, LAS MULTIPLICAN. En cambio, lo que si disminuye las deudas se llama CONFIANZA EN DIOS.

Dios no quiere que pidamos prestado, sino que vivamos contentos con lo que tenemos, pero prestar a otros es OBLIGATORIO. Al que se quiere endeudar, Dios nos aconseja que mejor no. Pero si alguien acude a ustedes para pedirles prestado, Dios ORDENA que lo hagamos. En otras palabras, Dios quiere que nos convirtamos en personas que prestamos a otros y no en personas que pedimos prestado.

Espero que este artículo les haya servido para mantener sus hogares en armonía. Sin más que decir, les deseo muchas bendiciones en sus actividades diarias.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Cualquier duda, comentario, inquietud o sugerencia, no dudes en contactarme.