No tengo hijos, ni esposo, ni he conformado una familia aún y tampoco tengo planes cercanos de hacerlo. No tengo grandes responsabilidades, deudas, ni compromisos más allá de los que he adquirido conmigo misma y mi propia vida.
Hace mucho tiempo que tome la decisión de disfrutar realmente mi vida, ser feliz y ser libre. Cuando digo disfrutar no me refiero, andar de parranda, a buscar amigos por doquier, a beber, bailar o preocuparme por qué lugar del mundo no he visitado y mis amigos sí.
No, por disfrutar me refiero a conocerme realmente a mí misma, saber que me hace feliz y que no, dormir cuando quiera dormir, leer cuando quiera leer, salir cuando quiera salir, ir a turco y piscina cuando quiera ir, ejercitarme para mí y mi salud no para los demás o por moda, disfrutar de la soledad de mi habitación y el ruido de la naturaleza, del silencio, de La Paz, disfrutar del ruido de mi propia voz y de mis propios pensamientos.
Aprendí a Adquirir compromisos económicos razonables e inteligentes, que no me obliguen a vivir esclava de un sistema y dependiente de un trabajo para pagar lo que creería mío, pero le pertenece a un banco.
Me propuse vivir la vida que quiero y como la quiero, sin grandes preocupaciones más que la de construir poco a poco el futuro que deseo. No lleno de lujos y experiencias que solo son fachada para los "seguidores" que muchos tenemos hoy.
No, me propuse vivir una vida, tranquila y llena de paz, en la que me sienta plena y feliz conmigo misma, no con nadie más ni con lo que pueda llegar a tener.
Ojo, esto no quiere decir que no sueñe con una familia o que no trabaje por tener lo que todo el mundo quiere tener (casa, carro y viajes), de hecho, disfruto mi vida en pareja y estoy pagando mi vivienda e invirtiendo en mis proyectos. Pero decidí hacerlo en la medida en la que lo que esté haciendo para llegar a donde quiero llegar, también me permita disfrutar el tiempo de "yo con yo", cuántas veces yo quiera, el tiempo que yo quiera, cuántas veces yo desee en el momento que lo desee, no los fines de semana o los días festivos o 4 semanas en el año o cuando mi jefe me lo permita.
Mi único jefe es Dios, él es quien me provee, quien me guía y me llena de valor, entendimiento y sabiduría para saber cómo se debe vivir sanamente, plácidamente y sobre todo plenamente, en equilibrio y armonía.
Me propuse vivir una vida, con una velocidad mesurada sin tantos afanes y carreras, sin tantos trasnochos y deteriorando lo más sagrado, mi salud. Me propuse seguir estudiando, pero no para adquirir títulos que solo alimentan un currículum sino en cursos y escuelas que alimenten mi mente, mi ser, enriquezcan mi pensamiento y mi calidad de ser humano.
Puede que no se parezca a la vida que tú te haz propuesto o cómo quieres tú vivir y de eso se trata el pasar por este mundo, que cada uno de nosotros descubramos realmente lo que queremos y cuál es nuestro propósito en este plano universal. Pero si me he tomado el tiempo de pensar realmente que es lo que quiero para HOY y como sería mi mañana.
¿Te haz puesto a pensar que es lo que realmente quieres para tu vida?
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